Algunos pacientes presentan maloclusión (alteración en las relaciones entre los dientes de ambas arcadas o de las disposiciones de los mismos) acompañándose de una falta de armonía de los huesos de la cara, lo que les puede condicionar, tanto en sus funciones habituales (masticación, fonación, deglución…) como en su aspecto estético. Es lo que denominamos deformidad dentofacial. Esta condición, NO es patológica como tal pero puede provocar que el paciente sufra ciertas repercusiones en sus áreas de relación social y autoestima.
En muchas casos de maloclusión el tratamiento con ortodoncia soluciona el problema, pero cuando la afectación no se puede arreglar por medio de aparatos, la única aproximación a la resolución del caso es por medio de la Cirugía Ortognática.
La Cirugía Ortognática, realmente se compone de tres fases:
1.- La Ortodoncia prequirúrgica, para preparar las arcadas dentarias y alinearlas, es decir, que los dientes presenten una relación óptima con los maxilares que los acogen.
2.- La Cirugía, llevada a cabo en ambiente hospitalario, con anestesia general y con un tiempo de ingreso cifrado entre los dos y los cinco días, dependiendo del caso.
3.- La Ortodoncia postquirúrgica, habitualmente mucho más corta que la prequirúrgica, para terminar los últimos detalles.
Más recientemente se ha preconizado el uso de la cirugía antes de la ortodoncia, lo que en ciertos casos, acorta el tiempo total de tratamiento, percibiéndose desde el principio los cambios faciales y posteriormente ajustando la oclusión por medio de la ortodoncia postquirúrgica.
El acto quirúrgico en sí se desarrolla por dentro de la boca, por lo que no deja cicatrices visibles. Se realiza una fijación por medio de miniplacas y tornillos de titanio, que normalmente no es preciso retirar y de esta manera, el paciente comienza a ingerir alimentos por boca en las primeras 24 horas.
Los cambios ya son visibles al salir del quirófano aunque suele haber inflamación y hematomas en los primeros días. Los pacientes no refieren dolor intenso en ningún momento y el tratamiento médico consiste en antibióticos y antiinflamatorios durante una semana, normalmente en su domicilio. Aproximadamente en un mes, la reincorporación (antes, si sus labores habituales no requiere un gran esfuerzo físico) es la norma.
Los riesgos, habitualmente son los inherentes a cualquier intervención en esta área anatómica y serán convenientemente explicados por el Cirujano Maxilofacial al realizar la entrevista personal y dar el consentimiento informado pertinente.
Es preciso saber, que salvo raras excepciones, las deformidades dentofaciales no son incompatibles con la vida y la Cirugía Ortognática suele ser un tratamiento electivo, pero que puede mejorar mucho la calidad de vida del paciente y, fundamentalmente su actitud ante la misma, puesto que, la mayoría de las veces ofrece un salto cualitativo importante hacia adelante en su aspecto físico. Una grandísima parte de los pacientes se encuentra muy satisfecha con los cambios producidos después de la intervención.