¿Qué es el bruxismo? ¿Cómo se trata?

Durante el bruxismo, que se produce en un amplísimo porcentaje de la población urbana actual, se provoca un apretamiento o rechinamiento de las arcadas dentarias entre sí de manera involuntaria, habitualmente cuando el paciente está dormido. Por tanto la mayoría de las veces, solamente cuando se observan signos indirectos se es consciente de presentar este problema. Ente ellos, el desgaste y abrasión dentaria, el dolor al inicio del día al mover la mandíbula, las contracturas generalizadas de músculos masticatorios y cervicales y la reducción ocasional de la apertura bucal son los más habituales.

Estos grupos musculares son los más potentes del organismo, y si tenemos en cuenta que, en condiciones normales no contactan los dientes más de un total de 15-20 minutos al día, el hecho de estar «trabajando» 8 horas provoca sobrecarga en los mismos y, con ello, afectación de estructuras vecinas: vértebras cervicales, articulación témporomandibular (ATM), piezas dentarias etc.

El origen del bruxismo puede ser intrabucal (piezas en mal estado, infecciones…, etc.), aunque la causa más reconocida actualmente tiene su origen en los estados parafuncionales producidos por situaciones ansiosas; nos referimos al origen psicológico fundamentalmente desencadenado por el estrés.

Se han propuesto infinidad de métodos para tratar el bruxismo que van desde el uso de relajantes musculares, sedantes, fisioterapia…, etc. hasta la terapia conductual. Pero qué duda cabe que la estabilidad psicológica, con una situación relajada, normal, sin grandes altibajos, es el mayor enemigo del bruxismo. Todas las condiciones que llevan a ese estado, vamos a denominar «neutro», desde el punto de vista familiar, afectivo, laboral, profesional etc. evitarán que se produzca esta patología. Por lo tanto, debemos acercarnos en lo más posible a esta situación, lo que a veces se consigue con ayuda profesional y, otras veces, ni siquiera está en nuestras manos, por lo que habrá que esperar a que las circunstancias externas cambien.

Mientras tanto, la utilización de una férula de relajación evitará en gran medida las consecuencias indeseables reflejadas en la primera parte de este artículo. La fisioterapia bien aplicada, encaminada a la relajación de musculatura masticatoria y cervical ayudará a estos pacientes. El uso de fármacos debe estar controlado en todo momento por su especialista.

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